EUROPA
PRESS
14 mayo
2019
Embarazo,
razones por las que la fisioterapia de suelo pélvico puede ayudarte
El útero cambia de tamaño durante la
gestación y, en consecuencia, el suelo pélvico sufre durante esos 9 meses de
embarazo, independientemente del parto que se vaya a tener (vaginal o cesárea).
De hecho, el útero pasa de su peso normal de 70 gramos hasta el kilo, y durante
su desarrollo se abre camino dentro de la cavidad abdominopélvica,
desplazando las vísceras que encuentra por su camino.
"Añadido a este aumento de peso, durante el embarazo
tenemos un aumento de la hormona relaxina, que afecta sobre todo a los
elementos de sujeción de las articulaciones, lo que aumenta la distensibilidad de ligamentos y tendones, con el objetivo
principal de facilitar el proceso del parto", subraya a Infosalus la CEO de Mamifit
Raquel López.
Por ello, esta experta recomienda fortalecer la musculatura
de suelo pélvico durante esta etapa de la vida de la mujer porque, entre otros
puntos: un suelo pélvico tonificado favorecerá el momento del expulsivo en el
parto (1), evitará partos instrumentalizados y desgarros (2), reducirá la
incontinencia urinaria (3) y los prolapsos (4).
Por su parte, la doctora en Fisioterapia María Blanco Díaz y
miembro del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE),
añade en una entrevista con Infosalus, que la
fisioterapia del suelo pélvico es un método efectivo durante el embarazo y el
parto a la hora de prevenir y tratar la aparición de lesiones como las
incontinencias fecales (5), el dolor pélvico crónico (6), la coxigodinia o dolor en el coxis (7), la diástasis
de los rectos abdominales (8), la fibrosis cicatricial (9), y las disfunciones
sexuales (10).
"Los trastornos del suelo pélvico implican unas
importantes repercusiones sociales, personales, familiares y sanitarias. El
tratamiento fisioterapéutico pelviperineal es un
tratamiento no invasivo, y muy bien tolerado, que engloba diferentes áreas de
tratamiento, la esfera uroginecológica, obstétrica, coloproctológica y sexual, mejorando la calidad de vida de
los pacientes", subraya Blanco.
Aparte de su labor informadora, la miembro del CGCFE subraya
que para conseguir una buena salud perineal en la mujer gestante, el
fisioterapeuta utiliza técnicas manuales e instrumentales, así como la
electroterapia y el ejercicio físico terapéutico adaptado al embarazo. Además,
incide en que este profesional debe enseñar a la mujer las posturas
facilitadoras en el parto, y el modo de realizar los pujos fisiológicos,
necesarios para preservar la integridad del suelo pélvico en el momento del
parto.
No obstante, recalca que el tratamiento fisioterapéutico
durante el embarazo debe de ser individualizado, para ajustarse a las
características de cada mujer. "Es un error pensar que, con la mera
realización de un determinado tipo de ejercicios, la prevención del daño
perineal está garantizada", subraya.
En líneas generales, la doctora Blanco resalta que el
fisioterapeuta llevará a cabo un trabajo de refuerzo muscular mediante los
ejercicios clásicos de Kegel que, una vez aprendidos
y bien realizados, la mujer puede repetir en su domicilio. Además, precisa que
se realizan ejercicios pelviperineales personalizados
y centrados en los diferentes tipos de fibras musculares, en función de las
necesidades de la mujer; siempre consecuentemente, aumentarán el daño en dichas
estructuras.
También se trabaja sobre la flexibilización articular de la
región lumbar y del suelo pélvico, realizando estiramientos sobre músculos con
tendencia al acortamiento, y encargados de fijar posturas que pueden provocar
problemas durante este periodo. "Para evitar complicaciones o efectos
adversos deben de realizarse siempre bajo la supervisión de un fisioterapeuta
colegiado", indica la miembro del CGCFE.
Qué sucede de cara
al parto
De cara al parto la labor, Blanco considera que la labor del
fisioterapeuta comienza en el segundo trimestre del embarazo, donde se debe
trabajar sobre la movilidad y la flexibilidad lumbopélvicas,
así como fortalecer y flexibilizar la musculatura mediante técnicas manuales
aplicadas a pelvis y tejidos blandos, aparte de la toma de conciencia mediante
técnicas propioceptivas y de relajación.
Según defiende la experta en fisioterapia de suelo pélvico,
todo ello mejora las características de los tejidos y facilita el abordaje del
dolor durante la fase de dilatación, así como el encajamiento, el descenso y la
rotación del bebé durante el parto. "El número de perinés intactos aumenta
gracias al tratamiento fisioterapéutico, reduciéndose el número de rasgados
vaginales, o de episiotomías. La mujer tendrá una mejor recuperación postparto,
con menor incidencia de incontinencias urinarias y fecales, prolapsos,
disfunciones sexuales y dolor pélvico", remarca la especialista.